REPRODUCCIÓN ASISTIDA
La esterilidad es un problema que afecta casi al 20% de las parejas en edad fértil. Los nuevos avances en el campo de la fertilidad benefician cada vez a más personas. Hemos consultado con la Doctora Pilar Albero Martínez.
¿Cuando acudir a la consulta de esterilidad?
La OMS establece que un año de relaciones sexuales no protegidas sin gestación es un momento adecuado para consultar. Puede adelantarse la consulta si tienen algún problema conocido como por ejemplo: un semen de mala calidad o una enfermedad de transmisión genética, más de 35 años, endometriosis, una menopausia precoz, o se trate sencillamente de mujeres que en un momento dado de su vida deseen un embarazo.
¿Qué pruebas les solicitan?
Suelen acudir muy nerviosas y con muchas dudas, y sobre todo con mucho miedo a recibir una duro diagnóstico, pero tras hablar con ellos, se van mas tranquilas. Les hacemos unas preguntas sobre sus antecedentes, revisamos toda la información que aportan, realizamos una ecografía ginecológica, les explicamos el estudio de esterilidad básico adecuado para ellos.
No les realizamos todos los estudios específicos disponibles, solo los encaminados a poder orientarnos bien hacia la forma más sencilla de conseguir un embarazo con unas buenas posibilidades de éxito. Es decir establecer el tratamiento indicado en cada caso particular. Empezamos generalmente por un estudio seminal que aporta mucha información para orientar el resto de estudios. Si tras preparar el semen para seleccionar los espermatozoides móviles obtenemos una cantidad razonable, solicitamos un estudio de las trompas uterinas.
Si el estudio inicial es adecuado podemos orientar a esta pareja hacia técnicas sencillas como la inducción de ovulación especialmente si existen trastornos de la ovulación en mujeres jóvenes) o Inseminación artificial que consiste en introducir dentro del útero los espermatozoides móviles tras realizar una inducción de la ovulación con dosis pequeñas de medicación, en la misma consulta, sin necesidad de aplicar ningún tipo de anestesia.
El resto del proceso será idéntico al que sucede en un embarazo espontáneo, o sea, el semen por si mismo recorre toda la trompa hasta localizar al ovocito. Si el semen está más afectado, la técnica de reproducción asistida mas idónea será aquella que acerque más el espermatozoide al ovocito en laboratorio y estaremos hablando de una Fecundación” in Vitro”.
También realizamos una Fecundación “in Vitro” si ambas trompas están obstruidas, existe un factor edad importante en la mujer que nos hace buscar un embarazo con más rapidez, o cuando necesitamos comprobar si un embrión es normal o no desde el punto de vista cromosómico o genético, antes de transferirlo al útero, en enfermedades genéticas conocidas en la familia, o en parejas con aborto de repetición o cuando la edad materna supera los 40 años. Este procedimiento se denomina “Diagnóstico Genético preimplantacional” (DGP). En él descartamos enfermedades cromosómicas como el Síndrome de Down o génicas como la Fibrosis quística.
La FIV consiste en estimulación del ovario con hormonas, extracción de los ovocitos mediante punción vaginal ecoguiada bajo sedación, inseminación de los mismos, cultivo “in Vitro” hasta embrión en diferentes estadios de desarrollo y transferencia embrionaria intraútero. Además la FIV, y más concretamente la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), es la solución a la esterilidad masculina, de forma que hoy se puede afirmar que la esterilidad masculina ha pasado a ser un problema del pasado en la inmensa mayoría de los casos.
Otras técnicas que realizamos en el IVI son la Inseminación con semen de donante ante mujeres con deseo gestacional que acuden a la consulta, procedimiento que se realiza de forma fácil y sencilla o en varones sin espermatozoides, ni en eyaculado ni en biopsia testicular.
El lavado del semen en parejas serodiscordantes para el VIH o el VHC con objeto de evitar riesgos de infección para la pareja.
Y también la utilización de Ovocitos donados en mujeres que han alcanzado la menopausia de forma prematura o fisiológica o le ha sido extirpados los dos ovarios o cuando a través de FIV se evidencia mala calidad de los óvulos.
¿Como se eligen los donantes?
Si tienen entre 18 y 35 años y desean donar se inicia un historia clínica sobre sus antecedentes personales y familiares para poder descartar la existencia de enfermedades congénitas conocidas, malformaciones y enfermedades de transmisión sexual e iniciamos sus estudios, que consisten en una serología completa de enfermedades de transmisión sexual y hepatitis, un estudio de cariotipo de alta resolución y un estudio sobre presencia de mutaciones de Fibrosis quística.
A su vez los donantes de semen deben pasar un muy exigente estudio, inicial demostrando una excelente calidad seminal. A los chicos además del estudio de cariotipo y FQ y serológico, se les congela muestras de semen y no se utilizan hasta que se repite la serología de VIH 6 meses después y sigue siendo negativa para poder cubrir con seguridad el periodo ventana.
A las chicas se les repite un test rápido de Ag-ac VIH el día que realizan la donación.
¿Se puede elegir sexo o alguna característica del donante?
No, por Ley solo se permite selección de sexo por indicación terapéutica por ejemplo, para evitar enfermedades con herencia ligada el sexo en los que la mutación génica no sea identificable. No se puede hacer mezcla de raza ni tampoco selección de raza, se eligen según las características físicas de la mujer receptora.
¿Y los embarazos múltiples?
Nuestra tasa de embarazos gemelares es alta alrededor de un 20-25%, pero nuestro deseo es el embarazo único, desde hace unos años decidimos transferir un máximo de dos embriones en procedimientos de fecundación “in Vitro”, dado que las tasas actuales de éxito son de un 50-60 % de éxito por intento.
La tendencia actual es a aumentar el % de transferencias embrionarias de un solo embrión para evitar la alta incidencia de gemelaridad.
¿Cómo llevan todo esto las pacientes?
La infertilidad es un acontecimiento estresante y constituye una amenaza al proyecto de vida de las parejas: el 90% sufren estrés, su estabilidad emocional se altera y su calidad de vida disminuye.